19 diciembre, 2006

Padre Nuestro


No digas “Padre”, si cada día no te comportas como hijo.

No digas “nuestro”, si vives aislado en tu egoísmo.

No digas “que estas en el cielo”, si solo piensas en las cosas terrenas.

No digas “santificado sea tu nombre”, si no lo honras.

No digas “venga a nosotros tu reino”, si lo confundes con el éxito material.

No digas “hágase tu voluntad”, si no la aceptas cuando es dolorosa.

No digas “danos hoy nuestro pan de cada día”, si no te preocupas por la gente que tiene hambre.

No digas “perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”, si guardas rencor a tus hermanos.

No digas “libranos del mal”, si no tomas partido contra el mal.

No digas “amen”, si no entendiste o no tomaste en serio las palabras del Padre Nuestro.